Vivir en una plataforma construida por tus propias manos, expuesto a las inclemencias de la naturaleza, en medio de una inmensa porción de agua, rodeado de paisajes montañosos y en la más absoluta conjunción con la naturaleza donde el cielo y la tierra se unen… es lo que significa la vida para los habitantes de las asombrosas islas flotantes de los Uros.

Originalmente, en estas islas artificiales, habito la etnia uru, una de las civilizaciones pre-incas más antiguas y de la que se dice que tuvo que asentarse en el Titicaca para escapar de la invasión del Inca Pachacútec, actualmente estas islas están habitadas por aimaras, los cuales aprendieron las técnicas del uso de la totora (junco que crece en el Titicaca) y heredaron el estilo de vida, las tradiciones y el orgullo de las personas que tienen el valor de mantener viva su cultura a pesar del paso de los años.

A nuestra llegada a las islas flotantes los amables habitantes nos darán la bienvenida y juntamente con el guía profesional de turismo harán una breve pero muy interesante presentación del modo de construcción de las islas así como las costumbres y el modo de vida que se mantiene en este único lugar, los habitantes bien organizados hacen diferentes artesanías como bordados y además varios objetos hechos de totora.

Así la totora se convierte en materia prima para absolutamente todo en este entorno, casas, botes, comida, medicina y hasta la propia isla son trabajos que hacen los habitantes locales en los cuales lo primordial es la totora que encuentran espontáneamente creciendo en el Titicaca.